Estudió en la Universidad de Madrid, en la que inició sus estudios en 1938 terminando en 1944 a la vez de los de Magisterio (AGUCM). Tras finalizar, se dedicó profesionalmente a ejercer como maestra, llegando a alcanzar el puesto de directora escolar. Sus actividades arqueológicas se centran en la documentación de la Edad Media en el norte de la Península, sobre todo en las provincias de Burgos, Soria y La Rioja. Había formado parte de los equipos de investigación dirigidos por Alberto del Castillo, de la Universidad de Barcelona, y participó en sus excavaciones en esas provincias, entre los años 1965 y 1975. También formó parte del grupo de trabajo de Juan Carlos Elorza en la Villa y Necrópolis de Cabriana (yacimiento repartido entre la localidad de Comunión, Álava, y el término municipal de Miranda de Ebro, Burgos). 

Sus propias investigaciones, en colaboración con Esther Loyola Perea, se desenvolvieron en torno a las necrópolis medievales, aunque también dedico espacios al estudio cerámico o las estelas. Destacan sus trabajos en San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja), o las necrópolis de Quintana María, Cuya Cabras, o Revenga -ambas en la provincia de Burgos. 

Combinó el trabajo docente con la práctica arqueológica y los estudios históricos, así como con la recogida de tradiciones locales. En este sentido, destaca su coautoría en el libro Historia Medieval de Miranda de Ebro, en el que escribe el capítulo dedicado a la Arqueología medieval mirandesa, y en el que compila y organiza las notas del profesor Francisco Cantera Burgos.

Su última participación en una excavación se produjo en la iglesia de Santa María de Mijangos (Burgos) en 1993 aunque en 1999 colaboró en los trabajos de prospección arqueológica en el yacimiento de Deobriga (Miranda de Ebro) que sirvieron para delimitar espacialmente este lugar.

Autores: Sonia Anibarro, Rafael Varón y Teresa Campos-Lopez