Estudia en la entonces denominada Universitat Autònoma de Barcelona (1932-1937), obteniendo la licenciatura en Historia Medieval. Durante el Crucero Universitario por el Mediterráneo de 1933 mantuvo una intensa correspondencia con Joan Maluquer de Motes, su futuro esposo y quien viajó a bordo, y en 1935 forma parte de la Junta Directiva de la Associació Professional d’Estudiants de Filosofia i Lletres i Pedagogia. Durante parte de la Guerra Civil trabaja como traductora internacional para la Generalitat (1938-1939). También ayuda en el salvamento del patrimonio en la Secció de Recuperació d’Arxius del Servei de Patrimoni de la Generalitat, dirigida por Agustí Duran i Senpere, catalogando y ordenando fondos en Pedralbes y rescatando documentación por Catalunya en un camión militar. Durante dos cursos (1937-1939) se desempeña como Ayudante Interina de la Facultat de la cátedra de Arqueologia i Numismàtica de Josep Amorós. Como ocurre con muchos docentes auxiliares y agregados, al terminar la guerra no presenta declaración a las nuevas autoridades para ser reintegrada en su puesto, teniendo, además, que volverse a examinar para validar su título, ahora en castellano, bajo el nuevo marco franquista en noviembre de 1939. En la década siguiente da clases de historia y filosofía en colegios barceloneses y otras particulares.

En 1949 llega a Salamanca junto con su marido, el nuevo Catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática. Figura en los anuarios de curso como ayudante de Arqueología en la Facultad de Filosofía y Letras, al menos entre 1952 y 1956. Así mismo, en la revista recién fundada Zephyrus, publica algunas recensiones y notas críticas de congresos y museos. Sin embargo, en los años siguientes, abandona toda actividad profesional motivada, seguramente, por su dedicación familiar. A nivel privado, sigue cultivando el gusto por el latín, la paleografía y la historia medieval, tal como la recuerdan antiguas amistades de Salamanca.

Autora: Alejandra Sánchez Polo