Miembro de una familia de tradición militar y casada con Martín de Loynaz, director general de la Renta del Tabaco. Coleccionista de monedas y medallas, organizó en los años cuarenta y cincuenta del siglo XVIII un gabinete numismático compuesto por más de dos mil setecientas piezas, acuñadas en oro, plata y bronce, siendo la mayoría de ellas romanas, godas, españolas y pontificias. Coleccionó también piedras labradas, camafeos antiguos y modernos.

Mantuvo correspondencia epistolar con el coleccionista Pedro Leonardo de Villacevallos, intercambiándose los dos monedas con el objetivo de completar sus respectivas colecciones. Su gabinete fue utilizado por el padre Enrique Flórez, con quien debió mantener una relación personal directa, como lo evidencia una breve poesía que María Isabel de Bustamente dedicó a ese agustino. Tenaz buscadora de piezas monetarias que deseaba tener en su colección, utilizó para ello a los emisarios de su marido, pues éste, como administrador de la Renta del Tabaco, enviaba delegados a gestionar esos asuntos tanto en España, como en Cuba y Nápoles. De la correspondencia conservada de María Isabel de Bustamante queda constancia de la preocupación que tenía por el hecho de que las monedas que le conseguían esos emisarios le llegaran protegidas y en las mejores condiciones. A su muerte, su monetario fue tasado y adquirido, en 1775, por el Seminario de Nobles de Madrid; éste se perdió en el incendio que sufrió esa institución en 1803. El documento de su inventario se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.

Autora: Margarita Vallejo Girvés