Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Navarra (1970, con grado: Universidad de Granada, 1974), Pachula, como era conocida por sus amigos, realiza su doctorado en la Universidad de Granada con una tesis dirigida por Antonio Arribas, sobre El final de la Edad del Bronce en la Meseta Norte: la Cultura de Cogotas (1980). En su etapa granadina colabora en los trabajos que entonces se están realizando en los yacimientos de Monachil y Purullena. Más tarde, ya en Madrid, colabora con Antonio Blanco Freijeiro y Beno Rothenberg en sus proyectos arqueometalúrgicos de Río Tinto (Huelva) y del valle de Timna (Israel), en el último también con el equipo del Deutsches Bergbau Museum de Bochum.

Gracias a Arribas se incorpora en 1975 como arqueóloga (o técnico-arqueóloga) en la Comisaría de Excavaciones Arqueológicas, entonces dirigido por Juan Maluquer, que posteriormente se convierte en parte de la Comisaría Nacional del Patrimonio Artístico y tras varios cambios más, en la Subdirección General de Arqueología de la Dirección General de Bellas Artes que posteriormente, desde 1985, se integra en el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, el actual Instituto del Patrimonio Cultural de España. Tendrá un importante papel en el establecimiento del Inventario de Bienes Culturales, los Planes de Catedrales, los Parques Arqueológicos, y el Plan de Patrimonio Industrial. Participa también en actividades en el Consejo de Europa y la UNESCO.

La primera excavación a su cargo será la Cueva de Arevalillo de Cega (Segovia), seguida por la Cueva del Aire de Patones (Madrid), ambas a finales de los años setenta. En 1979 comienza una larga colaboración con Manuel Fernández-Miranda, con la participación también de Germán Delibes y Antonio Gilman, en Almería (excavación del poblado de Almizaraque, prospección de la cuenca de Vera), Albacete (excavación de El Acequión, poblamiento de La Mancha), y en el Proyecto de Arqueometalurgia de la Península Ibérica. Por otro lado, desde 1978 analiza con Javier Sánchez-Palencia la transición entre el mundo prerromano y romano en el noroeste peninsular, realizando para ello prospecciones a partir de fotografía aérea y sobre el terreno y excavaciones en el suroeste de León y, más en particular, en la zona minera de la antigua explotación de oro de las Médulas, que condujeron a su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial en 1997. Sobre todos estos temas sacó a la luz casi un centenar de publicaciones.

Autora: Margarita Díaz-Andreu