En 1909 se casa con Georg Leisner, con quien realizará gran parte de su investigación. Ambos llevan a cabo una importante labor arqueológica, produciendo juntos una extensa bibliografía, motivo por el que fueron apodados dentro de la profesión como “el matrimonio Leisner” o, en alemán, “das Leisnerianum”.

A finales de los años veinte ambos se matriculan en la universidad de Marburgo para estudiar formalmente arqueología y, aunque ella todavía no ha acabado sus estudios, a principios de los años treinta se trasladan a España y Portugal para llevar a cabo sus investigaciones tanto en campo como en museos. Vera, que desde joven había desarrollado una gran habilidad para el dibujo, aplica su talento a la arqueología elaborando numerosas ilustraciones de piezas, yacimientos y planos y también fotografías. 

En 1954 el matrimonio entra a formar parte del equipo del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid como colaboradores y Vera apoyará además la apertura de una sede del Instituto Arqueológico Alemán en Lisboa. Tras el fallecimiento de Georg en 1957 ella continúa trabajando por su cuenta y junto a otros colegas de profesión. Adaptándose a los tiempos, en 1963 publica con Octávio da Veiga Ferreira uno de los primeros estudios con dataciones por radiocarbono que se llevan a cabo en Portugal. En 1960 la Facultad de Filosofía de la Universidad de Friburgo le concede a Vera Leisner el título de Doctora Honoris Causa en reconocimiento de toda su trayectoria. 

Autora: Paloma Zarzuela Gutiérrez.