Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid (1939-1943). Dedicó algún tiempo a la docencia en Quintanar de la Orden (Toledo). Su matrimonio supuso el traslado a Miranda de Ebro (Burgos), donde residió hasta su fallecimiento. Sus inicios arqueológicos tuvieron lugar en Ampurias bajo la dirección de Alberto del Castillo, de la Universidad de Barcelona. A través de esta colaboración, se integró en los equipos de investigación que realizaron las excavaciones que llevaron a cabo en las provincias de Burgos, La Rioja y Soria entre 1965 y 1975. Eran estudios relacionados con la Alta Edad Media, y así, participó en las excavaciones de necrópolis como la de Palacios de la Sierra, Nofuentes o la de Villanueva de Soportilla (ambas en la provincia de Burgos) y en San Baudelio de Berlanga (Soria). Estuvo integrada en el grupo de trabajo de Juan Carlos Elorza en la Villa y Necrópolis de Cabriana (yacimiento situado entre la localidad de Comunión, en Álava, y el término municipal de Miranda de Ebro, en Burgos).

Durante bastantes años, y en diferentes proyectos, colaboró con Josefina Andrío, dando lugar a una producción muy fructífera desde el punto de vista científico. Así, trabajaron estudiando necrópolis y despoblados medievales en las provincias de Burgos y La Rioja, destacando sus actuaciones en Santa María de la Piscina (Peciña, La Rioja). 

Abandonada la práctica de la arqueología, sus actividades han pasado por la participación en diferentes causas solidarias en su ciudad de acogida, así como, en distintos actos de difusión cultural y patrimonial. La última vinculación a alguna actividad arqueológica de la que tenemos constancia es su asistencia, en 1999, a las prospecciones realizadas en el yacimiento de Deobriga (Arce-Mirapérez, Miranda de Ebro), cuando, con 79 años, ayudó en la delimitación espacial del espacio a excavar.

Autoras: Sonia Anibarro, Rafael Varón y Teresa Campos-Lopez