Cursó Filosofía y Letras (Geografía e Historia) en la Universidad de Madrid (1955-1960). Entre 1962 y 1965 se incorporó al Instituto Español de Prehistoria del CSIC y al Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas (Dirección General de Bellas Artes). En 1960 el Profesor Martín Almagro le propone integrarse en el equipo español que participó en la campaña de salvamento de Nubia (UNESCO), con motivo de la construcción de la presa de Asuán, un hecho excepcional, pues en aquellos años era impensable la incorporación de una mujer a un equipo internacional dominado por hombres. Participó en las campañas de 1961 y 1962. Tras obtener una plaza en el cuerpo de Ayudantes de Museos (1966), se incorporó al departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (1969), en la que leería su Tesis Doctoral sobre el Arte Esquemático del Barranco del Duratón (Segovia) y en la que sería Ayudante, Adjunta, Profesora Titular y Catedrática de Prehistoria. Su completa formación le permitió abordar los más diversos aspectos de la Prehistoria y la Arqueología como por ejemplo los relacionados con la iconografía, la sociedad y la economía tanto en la prehistoria, como en la Edad del Hierro (pueblos ibéricos y pueblos no ibéricos), el análisis de villas romanas (Aguilafuente, Segovia y la Torrecilla, Getafe); estudio de necrópolis visigodas, etc. Si bien, también, mostró interés por la historiografía y la etnografía, serán los estudios sobre el arte rupestre (paleolítico y postpaleolítico) los que constituyeron el hilo conductor de su investigación, pudiendo citar como obra póstuma los artículos publicados en la obra Dibujos en la roca: el arte rupestre de la Comunidad de Madrid. Todos estos intereses quedan bien reflejados no solo en sus numerosas publicaciones, también, en sus trabajos de campo y en sus proyectos de investigación. 

A finales de los años 60, Charo junto a su marido, Vicente Viñas y un pequeño grupo de amigos crearon la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, asociación que continúa su labor divulgativa cincuenta años después. Su labor docente e investigadora fue reconocida por el Ayuntamiento de Madrid creando el “Paseo de la Arqueóloga Charo Lucas” (distrito Fuencarral-El Pardo).

Autoa: Raquel Castelo Ruano.