Nacida en la capital oscense, realizó sus estudios de bachillerato en los institutos de Toledo y Huesca, los de Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza y los preparatorios al Cuerpo de Funcionarios de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos en el Instituto Escuela de Madrid, ingresando en aquel como facultativo el 2 de junio de 1930. Su primer destino fue la Biblioteca Nacional; luego, la Guerra, le llevó a la Casa de la Cultura de Valencia. De aquellos años data su participación en las Misiones Pedagógicas, su activo papel en la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Madrid, y su amistad y colaboración con María Moliner.

Acabado el conflicto, tras un doloroso expediente de depuración, llegó a Soria (febrero de 1940) y en ella se hizo cargo de las direcciones del Museo Numantino, de la Biblioteca Pública, del Archivo de Hacienda y del Archivo Municipal. Destierro o no, su tiempo soriano se prolongó hasta el 30 de noviembre de 1946, si bien estuvo interrumpido por la llegada al Numantino de Clarisa Millán como directora interina (de diciembre de 1941 a julio de 1942) y por la de Ricardo Apraiz como nuevo director en septiembre de 1944. Pero, frente a estos hechos, Martínez Bara continuó en la ciudad dirigiendo las otras entidades hasta que en la fecha citada hubo de hacer efectivo el  traslado “a los archivos históricos de la Delegación de Hacienda de Huesca” que una orden ministerial había determinado poco antes.

Regresó a su tierra y, a partir de 1949, la Biblioteca Pública de Huesca, sus anexos (Archivo Histórico Provincial y Archivo de la Delegación de Hacienda) y el Centro Coordinador de Bibliotecas se beneficiaron de sus conocimientos, de igual modo que el Instituto de Estudios Oscenses, en cuya revista, Argensola, publicó sus principales escritos de investigación y difusión.

Autor: Juan A. Gómez-Barrera.