Hija de Eugenio Ramon Falcó, exportador de productos agrícolas y secretario de Acción Catalana Republicana (ACR), y de Antonia Lligé. Una serie de acontecimientos personales le alejan del papel femenino habitual de la época: la muerte de su prometido en Annual, Marruecos, en 1921, y la ruina de su padre durante la crisis económica de 1929. Durante la República milita en Acció Catalana Republicana (ACR). En 1933 el Patronato le nombra secretaria del Museo de Arqueología de Barcelona por las mañanas, y por las tardes será la bibliotecaria. En 1936 es también mecanógrafa del Servei d’Investigacions Arqueològiques consiguiendo ser de plantilla. En esos años se examina del bachillerato que termina en 1937, comenzando la carrera de Filosofía y Letras. El Servei del Patrimoni Artístic, Historic i Científic le contrata (1938), y es nombrada habilitado-pagador de la Secció d’Excavaciones i Arqueologia.

Saldrá de Barcelona el 24 de enero de 1939 trabajando en Perpiñán como secretaria para la Generalitat. Ya en Ciudad de México ese mismo año consigue que la admitan en la universidad –en el Politécnico– para continuar sus estudios primero como oyente y luego como alumna oficial en 1940. También trabajará como secretaria para Rubín de la Borbolla, el fundador y director de la Escuela Nacional de Antropología, da clases particulares y desde 1941 también labora en el Politécnico como bibliotecaria. Consigue que se invite a Bosch Gimpera para dar clases en el Colegio de México y también le gestiona que preste sus servicios como investigador y catedrático en el INAH, el Politécnico y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma, haciendo posible su llegada al país en marzo de 1941.

Acabada la carrera en 1945 obtiene una pasantía en el museo como ayudante de arqueólogo (1945-1947), y como jefa del almacén (1947-1961). Al presentar su tesis de grado en 1950 el profesor Federico Mülerich le cede la clase de prehistoria, y también llegará a impartir etnografía. Tras una baja de seis meses vuelve al museo en 1961 como investigadora. Se jubila en 1974 y en ese mismo año hará de secretaria para Bosch Gimpera durante su última enfermedad.

Autora: Margarita Díaz-Andreu