Licenciada en Filosofía y Letras (1970) y doctorada (1975) por la Universidad de Barcelona con una tesis sobre la producción de sigillata en la Bética que publicó en 1976, fue discípula directa de Miquel Tarradell y de Joan Maluquer de Motes. Asistió también a los cursos de Bordighera bajo el maestrazgo de Nino Lamboglia.

Profesora ayudante en la UB, de Prehistoria entre 1970-72 y de Arqueología en 1972-74; posteriormente pasó a ser adjunta interina para sendas materias (de Prehistoria en 1974-78 y de Arqueología en 1978-79). En paralelo a su actividad docente en Barcelona, en los años setenta se integró en el equipo arqueológico de los alfares de Sigillata Hispánica de Villares de Andújar (Jaén), donde inició su especialización en este tipo de cerámica y de la que se convirtió en investigadora de referencia. En 1979 fue nombrada Adjunta de Arqueología de la Universidad de Granada, donde asumió la organización del área de Arqueología y la dirección del Departamento. Diez años después retornó a su alma mater para ocupar una cátedra (1989), convirtiéndose así en la primera mujer del estado español en hacerlo para el área específica de Arqueología. En la misma Universidad de Barcelona, donde permaneció hasta su óbito producido unos pocos años antes de su jubilación, ejerció como directora del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología (1991-94).

Dirigió las excavaciones del teatro romano de Tarraco (1981-84) y codirigió las de la ciudad ibero-romana de Granada (1985-89) y Pollentia (1992-95). En el ámbito internacional su actividad se focalizó en Italia, donde en el paso del siglo XX al XXI investigó en el Palatino de Roma y codirigió varias campañas en Cosa (2005-2012). Su legado científico y su acerbo académico, inmensos, se vieron siempre acompañados por un carácter próximo, amable y entusiasta.

Autora: Jordina Sales Carbonell