Licenciada en Letras en la Facultad de Filosofía de la Universitat de Barcelona (1925) y doctora por la Universidad de Madrid (1926) con un estudio léxico sobre los libros I y II de Lucrecio. En 1928 comienza a trabajar como traductora de lenguas clásicas para la Fundació Bernat Metge junto con Anna Maria de Saavedra (1905-2001), lo que las convierte en las primeras y únicas traductoras de la institución hasta ya bien entrada la década de los sesenta. Aprueba la oposición a cátedra de instituto de lengua y literatura francesa en 1928, escogiendo el Institut de Reus como destino. Colabora con Pere Bosch Gimpera en la elaboración de la obra Fontes Hispaniae Antiquae, publicada en diferentes fascículos. Realiza varias estancias en Berlín, la primera de nueve meses financiada por la Fundació Cambó y la Universitat Autònoma de Barcelona en la que estudia con el helenista Ulrich Wilamowitz-Moellendorff y con otros profesores en la Universidad de Berlín. Luego, entre 1931 y 1933, sus viajes se beneficiarán del apoyo económico de la Junta para la Ampliación de Estudios, aunque el primer año ha de interrumpirlo para reincorporarse a su plaza de instituto para no perderla. De nuevo en Berlín, se especializa en epigrafía latina colaborando con Lothar Wickert, con quien elabora un estudio epigráfico sobre Mérida que él publica (Wickert, 1934).  

A su vuelta a Barcelona ejerce como profesora agregada de epigrafía en la Universitat Autònoma de Barcelona Barcelona durante los cursos 1933-34 y 1934-35 por encargo de Bosch Gimpera. Casada con Ángel Galisteo, farmacéutico y químico de profesión, tendrá una hija en 1937. Tras la Guerra Civil se le abren dos expedientes depuradores de los que es exculpada. Hasta 1947 seguirá impartiendo alguna clase sobre epigrafía latina durante el curso y en cursos de verano. A partir de ese año se dedica exclusivamente a la enseñanza secundaria.

Autoras: Ariadna Guimerà Martínez y Laia Perea Paños